Significado:
1. Producir susto, pánico, ansiedad o un miedo atroz.
2. Sentir una gran espectación, sorpresa o incredulidad por algo.
3. Defecar una deposición enorme o de una apariencia extraña.
Normas de uso:
Su forma más común de empleo es la conjugación del gerundio, cagando.
Origen del dicho:
Esta expresión proviene de su uso imaginario en un sentido figurado, ya que si alguien cagara un ladrillo, sería un acontecimiento tan extraordinario que le produciría alguno de esos dos sentimientos, estupefacción o terror.
Frases de ejemplo:
Tienen una cámara oculta de ese juez haciendo sado, debe estar cagando ladrillos.
Estoy cagando ladrillos con la nueva serie de manga que van a estrenar en internet.
Ayer comí demasiada pizza en el bufet y llevo dos días en el baño cagando ladrillos.
Expresiones similares:
Palabras relacionadas:
alucinar, flipar, sorprender, asombrar, pasmar, deslumbrar, alocar, embelesar, pasmo, estupor, pasmo, asombro, admiración, extrañeza, perplejidad, sorpresa, desconcierto, aterrar, horrorizar, aterrorizar, asustar, atemorizar, amedrentar, acobardar, espeluznar, horripilar, pavor, espanto, pánico, horror, fobia, aprensión, alarma, sobresalto, consternación, cagar, defecar, evacuar, deponer, excretar
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Esta expresión es un poco vulgar, suele ir de la siguiente forma: "Se me ha quedado el culo para cagar ladrillos". En los casos en la que la he escuchado podría distinguir dos acepciones.
ResponderEliminarLa primera refiriéndose a una situación inesperada que causa una sorpresa desmedida, como puede ser un giro enorme en la trama de una película.
La segunda, similar pero menos usada, es tras pasar una situación de terror extremo. De nuevo, se puede usar la misma analogía de una película de terror.
Normalmente no se ve como algo negativo (pese a que cagar ladrillos no aparenta ser un acto placentero) sino para destacar que has vivido la experiencia muy intensamente.
Imagino que proviene de que, en situaciones de terror, algunas personas pueden llegar a orinar y/o defecar involuntariamente ("Me meo/cago de miedo") para luego exagerarla cómicamente en el sentido de que alguien se ha defecado tanto del miedo que sería capaz de "cagar ladrillos" después.